lunes, 11 de enero de 2010

Microrrelato 7: Inmortalidad

Y entonces, deseó que se congelara el tiempo.

Lamentablemente, ocurrió.

Los relojes dejaron de funcionar. Súbitamente, los corazones abandonaron su latir y las respiraciones se esfumaron con el viento. El delfín quedó inmortalizado en su baile acuático. Las aves quedaron suspendidas en el cielo.

Por primera vez, se sintió completamente sola.


Ana Mateos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta (: