domingo, 15 de noviembre de 2009

Microrrelato 5: El Pequeño Psicópata

"El pequeño psicópata se deslizaba sigilosamente por entre los pasillos. Buscaba a su presa. Acariciaba la idea de encontrarla. De atraerla para sí. Agarrarla y encerrarla en el armario. Dejar que muriese de hambre. Y entonces la vio. La perra estaba ahí. Escondida.

- ¡Mario! ¡La comida! - gritó la madre del pequeño."

Ana Mateos

domingo, 8 de noviembre de 2009

Cómo conseguir la igualdad

- El otro día leí en el periódico que se le impuso más años de cárcel a un hombre que a una mujer por cometer ambos el mismo delito. ¿Me puedes explicar por qué ocurren estas cosas? ¿Es esto intentar conseguir la igualdad?

- Quizás no es el mejor camino a seguir, en eso tienes razón. Pero, déjame que te explique una cosa. Imagínate que tienes dos niños. Uno nace con 3 kilos y el otro con 6. Mi pregunta es: ¿a quién darías más ración de comida?

- Por supuesto, al que pesa 3 kilos.

- Exacto. Le darías más al de 3 kilos que al de 6. Pero esto no significa que no los quieras por igual, o que intentes crear una desigualdad entre ellos. Al contrario, quieres que el de 6 kilos se mantenga estable, para que el de 3 consiga llegar antes a igualar ese peso. Pues esto es lo mismo que ocurre entre el hombre y la mujer. Tenemos que darle los mismos derechos tanto a uno como a otro, pero para que la igualdad sea notable, hay que realzar los derechos de las mujeres. ¿Lo entiendes ahora?

- Creo que sí.

Cuanta gente. Qué pocas personas.

Entre toda la masa coloreada de gris, hay algunas personas que brillan. Que tienen colores que resaltan entre la multitud. Algunas están coloreadas de naranja. Otras de violeta. O verde. Sí es cierto que todos tenemos el mismo final. Todos acabaremos siendo polvo. Y lo único que subirá al cielo serán los pedos que se tiren los gusanos cuando coman nuestros despojos*. Pero lo importante es lo que ocurre mientras vivimos. Hay una teoría que dice que todo cuanto hacemos en vida, todos nuestros actos, tienen una repercusión para otras personas. Y ahí hay gran parte de razón. Todas esas personas entre tanta gente, envueltas en un color especial, al estar ahí hacen de nuestras vidas una aventura más interesante. Esas personas forman parte de nosotros mismos, al igual que nosotros mismos formaremos parte también de otras personas. Todo es recíproco. Y sólo por esto, ya merece la pena vivir.

*Frase mítica de Albert Plá

viernes, 6 de noviembre de 2009

No somos un solo ser vivo

Teniendo en cuenta que la célula es la base de la vida, un ser vivo como tal, podemos deducir que no somos un único ser. Somos un individuo formado por 60 mil millones de seres vivos condensados y agrupados. Que solo tienen por objetivo multiplicarse. Crear prototipos de ellos mismos idénticos entre sí. No somos individuales. Somos un conjunto de vida. Las moléculas son nuestra comunicación. Mucho más compleja que el código binario o los lenguajes articulados. No existen las razas, no existen las tribus. Somos iguales genéticamente. Somos los mismos. Lo único que cambia son las ideas.