lunes, 31 de mayo de 2010

Opinión personal sobre Fahrenheit 451 de Ray Bradbury


Fahrenheit 451 es una novela distópica, es decir, habla sobre una utopía perversa donde nada tiene que ver con el arquetipo de una sociedad ideal. En esta sociedad de la que nos habla Bradbury está terminantemente prohibido leer, ya que leer implica pensar y razonar, por ende, no se es feliz. Porque en esta sociedad todo el mundo debe ser feliz, pero no una felicidad interna, sino una felicidad estúpida e hipócrita que consiste en tener muchos bienes materiales y éxito laboral. Esta es la idea que da el infame gobierno de esta sociedad; la idea de que el hecho de leer hace que las personas sean menos felices, pero, lo que de verdad le interesa a este Gobierno es controlar a todos los individuos, manejarlos a su antojo como si de simples marionetas se tratasen, poniendo de fondo la excusa de la creación de una sociedad del bienestar.

Bradbury, con esta novela, hace varias críticas muy profundas. El libro fue escrito en 1953, pero muchas de las críticas que hacía a la sociedad de aquel entonces, por no decir la mayoría, pueden ser proyectadas a esta época. Primeramente, critica la sociedad del consumismo y la tecnología. Critica el hecho de que actualmente se esté dando el caso de que la gente prefiera ver la televisión a leer. Si se sustituyese la televisión –llamada familia en el libro- por la lectura, Bradbury refleja la sociedad resultante como una masa de individuos ignorantes que no sabe ni de donde viene ni a dónde va, estancada, sin ninguna evolución ni como sociedad ni como individuos. Personas que no sienten ningún cariño por las personas que les rodean –véase el ejemplo de Mildred, la esposa de Montag-, que no son capaces de pensar por sí mismos, que viven en una burbuja de aislamiento con respecto a los demás. Critica también a los gobiernos utilitaristas y opresores que utilizan la demagogia y la mentira con el provecho de controlar a sus pueblos. Critica a su vez la época que se vivió en Estados Unidos nada más terminar la Segunda Guerra Mundial. Una época en la que el gobierno intentó tranquilizar a la población y desviarla de temas morales como el que rodeaba el hecho de haber usado la bomba atómica.

Nada más acabar este libro, un sentimiento de tristeza me invadió profundamente. Porque es triste darse cuenta de que lo que describe Bradbury en Fahrenheit 451 no anda muy lejos de la realidad, no es tanta ciencia ficción. Actualmente existen muchos gobiernos opresores y utilitaristas, que aíslan totalmente a su pueblo, como puede ser perfectamente el caso de Corea del Norte. En cualquier sociedad, no solo en la nuestra, te encuentras personas ignorantes que no han leído un libro en su vida, que son totalmente manejables y superficiales. La televisión es un medio cada día más estúpido que se mete progresivamente en nuestras vidas, hasta que llegue el punto en que no podamos reemplazarlo. Solo hace falta mezclar estos ingredientes y voila, ya tendríamos la sociedad que describe Bradbury. Es triste saber que tenemos los ingredientes, que ya solo nos hace falta preparar la receta.

domingo, 30 de mayo de 2010

Lindy Hop - Esto SÍ que es bailar

El siglo pasado fue un siglo de grandes cambios culturales, sobre todo en el ámbito de la música y la danza. Aparecieron los importantes géneros como son el jazz y el ragtime. Ambos fueron acompañados de bailes, y así nacieron el swing, el charleston, y como, el lindy hop.

El Lindy Hop es un baile que combina el jazz, el swing y el charleston. Es un baile maravilloso, pero también muy complicado, que combina todo tipo de pasos, sobre todo exagerados, "abiertos", y con muchas piruetas. Es una pena que se haya ido perdiendo a lo largo del tiempo.

Aquí dejo un video que a mí me deja con la boca abierta, asín de claro. ESTO es arte.

El baile lo descubrí al ver una película de los Hermanos Marx (Un día en las carreras), en la que había un número musical hecho en su mayoría por afroamericanos, los verdaderos amos en este tipo de baile. Lo dejo aquí por si a alguien le interesa.

El baile principal comienza a partir del minuto 4:50.

Ya no se hacen cosas como las de antes. Lástima.

Los Hermanos Marx!


Tengo esto sumamente abandonado. Ahora me ha dado por escribir una entrada, pero tampoco se crean que esto va a repetirse muy a menudo. No sé, pero el hecho de sentarme y ponerme a escribir algo, por mínimo que sea, hace que me entre una vagancia de mil demonios.

La entrada de hoy quiero dedicársela a los Hermanos Marx; en mi opinión, los máximos exponentes dentro del género de la comedia, junto con Woody Allen y Frank Capra.


De origen judío, en total fueron cinco hermanos (orden de aparición en la fotografía): Harpo (Adolph Marx -en 1911 se cambió el nombre a Arthur-), Groucho (Jules Marx), Zeppo (Herbert Marx), Chico (Leonard Marx) y Gummo (Milton Marx). Este último no aparece en la foto.

Comenzaron actuando como grupo de vodevil, para posteriormente pasarse al séptimo arte. El único de ellos que no actúo en ninguna película fue Gummo, de ahí el menos conocido. Zeppo, cansado de hacer siempre el personaje del hermano serio, dejó la carrera como actor nada más terminar Sopa de Ganso, película de las más aclamadas. En casi todas sus películas se ven números musicales de todo tipo, siendo famosos por la gran devoción que tenían por la música.

Cada uno de los hermanos tenía un personaje bien definido, exceptuando Zeppo. Sus apariciones son más fugaces y suele pasar desapercibido.

Groucho (1890 - 1977) es el galán atrapa-mujeres por excelencia. Siempre con su puro y ese bigotazo untado con betún consigue soltarnos grandes carcajadas en cualquier momento gracias a su ironía desternillante y su gran desparpajo. Tocaba la guitarra y, en las películas, solía hacer números musicales cantando. Es, probablemente, el hermano más popular.



Chico (1887 - 1961) hace de italiano, imitando el acento muy cómicamente. Él y Groucho suelen mantener conversaciones de tono muy surrealistas, en las que Chico confunde unas palabras con otras. Por ejemplo, en Sopa de Ganso, Chico pregunta que cómo se dice 'tanque' (en el inglés original). Groucho responde 'tanq', Chico entiende 'thanks = gracias', a lo que le responde 'De nada'. Estos juegos de palabras solo pueden entenderse si se ve la película en versión original y si se comprende un poco el idioma. Dobladas, estas partes pierden toda la gracia. Mientras que Groucho es un personaje que suele ir por solitario en la mayoría de las películas, Chico hace pareja con Harpo y en la mayoría de sus apariciones están los dos juntos. Chico destaca por su increíble capacidad para tocar el piano.


Harpo (1888-1964) es el personaje mudo. Siempre va vestido con su característica peluca de rizos rubios y su abrigo donde cabe cualquier cosa. Su nombre le viene de su gran afición a tocar el arpa, instrumento que tocaba de manera majestuosa, aunque realmente sabía manejar cualquier instrumento. Harpo utiliza en todas sus películas juegos de mímica muy hilarantes. Se comunica mediante una bocina que suele llevar colgada del abrigo o mediante silbos, los cuales solo entiende Chico. Es también característico de Harpo ir corriendo tras la primera mujer que ve. Su humor es completamente absurdo. Su personalidad, infantil, ingenuo y cabezota. Todo esto lo convierte en uno de los personajes más originales y divertidos que ha dado la historia del séptimo arte.



Lista de películas (por orden cronológico)

Cuatro Cocos (1929) - Paramount Pictures
El Conflicto de los Hermanos Marx (1930) - Paramount Pictures
Pistoleros de Agua Dulce (1931) - Universal
Plumas de Caballo (1932) - Paramount Pictures
Sopa de Ganso (1933) - Paramount Pictures
Una Noche en la Ópera (1935) - Metro-Goldwyn-Mayer
Un Día en las Carreras (1937) - Metro-Goldwyn-Mayer
El Hotel de los Líos (1938) - RKO Radio Pictures
Una Tarde en el Circo (1939) - Metro-Goldwyn-Mayer
Los Hermanos Marx en el Oeste (1940) - Metro-Goldwyn-Mayer
Tienda de Locos (1941) - Metro-Goldwyn-Mayer
Una Noche en Casablanca (1946) - Metro-Goldwyn-Mayer
Amor en Conserva (1951) - United Artists
Historia de la Humanidad (1957) - Warner Bros. Pictures

Los Hermanos Marx demuestran en cada una de sus películas el gran talento que tenían para la comedia y, como no, para la música. Pasarán a la historia escenas tan memorables como la del espejo en Sopa de Ganso, el camarote en Una Noche en la Ópera, cuando Chico intenta descifrar lo que Harpo le está diciendo mediante mímica o los continuos desvarios de Groucho por la siempre elegante Margaret Dumont.

Siempre recordaremos las geniales frases de Groucho, la soltura de Chico tocando el piano y la pasión que pone Harpo al tocar el arpa. Fueron geniales, lo siguen siendo y lo serán por siempre.