"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta,lo que hace que estemos muy, muy cabreados."
La verdad, no me siento orgullosa de ser de la generación de los videoclips, las redes sociales y el consumismo.
1 comentario:
Nadie, en el fondo de su alma, se siente orgulloso de formar parte de la generación de los videoclips, las redes sociales y el consumismo, pero lo cierto es que a la hora de la verdad agachamos la cabeza y participamos en todo eso que odiamos; porque ¿cómo nos considerarían nuestros semejantes si no lo haciéramos? Inevitablemente todos acabamos haciendo lo mismo que la masa (somos, por tanto, la masa), y el afán que tenemos por mostrar un falso individualismo de cara a la vida pública es sólo el intento desesperado de una conciencia consciente (valga la redundancia) de su escasa personalidad, pero que lucha en una batalla perdida de antemano por ser única.
Publicar un comentario