jueves, 31 de diciembre de 2009

Por fin...

Por fin tengo ordenador. Siento que mis ganas de vivir renacen. Dios, sí, un ordenador que no se traba a cada segundo. Un ordenador con tarjeta de sonido. Un ordenador con más de tres programas. Y es MÍO. SÓLO MÍO. Me siento como Gollum con su anillo, sólo que en este caso es un ordenador. Y uno muy mono de sobremesa azul y negro.

Si no fuese porque el otro viejo y asqueroso se lo va a quedar mi madre, le daba de patadas y martillazos. Siento un odio acumulado en mi interior que aún no se ha exteriorizado. Y quién sabe si lo hará.

Pero bueno, en lo que se refiere a mí, empiezo un buen año. Nuevo ordenador y velas de cumpleaños apagadas de un soplo. ¡De uno sólo! ¡Que la luz se fue al unísono! Eso quiere decir que voy a tener buena suerte. De cajón.

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