domingo, 4 de julio de 2010
Careo
Me llamó especialmente la atención esto: www.mmmm.tv/careo.html
Una gran sala iluminada se divide en 42 cabinas consecutivas. En cada cabina hay dos personas que no se conocen de nada hablando cara a cara separadas por una mesa de 60 cm.
Cada cuatro minutos, al oír una bocina, las personas se levantan y se desplazan a la siguiente cabina, allí se encuentran con una nueva persona.
Se generan encuentros a partir del aislamiento. La mayoría de la gente no para de hablar, pocos se marchan, algunos disfrutan de hasta 20 encuentros. La gente pide agua gritando, los tímidos se lanzan a partir de la cuarta persona y arrancan a hablar, la gente pregunta ¿qué has hecho hoy?, ¿dónde has ido de vacaciones este verano?, ¿a qué te dedicas?, ¿cómo te llamas?
A las 12 de la noche 200 personas habían pasado por allí, unas se habían quedado más tiempo que otras, todas se habían enfrentado a la situación de tener a alguien mirándote a la cara esperando a que le digas algo.
¿Cómo sería la vida si todos y todas nos comunicáramos de verdad? Ya no sólo el típico "Buenos días" o "Aquí tiene el cambio". No comportarnos como robots. Si nos parásemos a hablar, a compartir sensaciones... ¿dejaría de existir la soledad? ¿Y la timidez? Que no nos diese reparo acercarnos a alguien y contarle cualquier cosa. Que la vida fuese una comunicación directa, cara a cara. Sin necesidad de aparatos tecnológicos que nos protegiesen. Porque al fin y al cabo nuestra sociedad se sustenta en el hecho de rehuir el calor humano. Las pantallas nos protejen. Nos da miedo mostrarnos tal y como somos.
Me pregunto: ¿Cambiaría la sociedad? ¿Cambiaríamos nosotros y nuestra manera de mirar el mundo?
martes, 22 de junio de 2010
Cuando me hablan del destino
vivo sin patria ni dueño.
Como el aire lo regalan
y el alma nunca la empeño,
con las sobras de mi sueños
me sobra para comer.
De qué voy a lamentarme,
bulle la sangre en mis venas.
Cada día al despertarme
me siento resucitar.
A quien quiera acompañarme,
le cambio versos por penas.
J. Sabina
Enamorada de los Musicales de Hollywood
Dentro de toda la historia del cine se pueden diferenciar numerosas etapas, como el período mudo, el expresionismo alemán, el Hollywood clásico con sus típicos dramas, comedias, musicales..., el viejo Hollywood, nueva ola francesa, cine independiente americano y europeo, y un laaargo etcétera.
Está claro que si echamos una ojeada a toda la historia del cine, -el séptimo arte es joven, un siglo y pico nah más- nos daremos cuenta de que los verdaderos amos en esto, son, y por mucho que nos duela, los americanos. Ahora el cine europeo está empezando a salir del cascarón y nos está brindando cosas muy, pero que muy interesantes, a diferencia de lo que está ocurriendo ahora en Hollywood, que directamente lo que les interesa es el dinero y las taquillas.
Pero hubo una época en concreto en la que Estados Unidos fue la reina del mambo. Período comprendido más o menos entre la década de los años 30 -el cine se vuelve sonoro- y los 50. Nacen las grandes comedias de grandes directores como Frank Capra, surge el cine negro de la mano de John Huston, Hitchcock se consolida como el rey del suspense, etc. etc.
Pero lo que a mí más me gusta de esta época son los musicales. Con la llegada del sonido se trasladan los grandes musicales, -por aquel entonces solo interpretados en teatro- al cine. Llegan entonces la música, los bailes, los grandes espectáculos a la gran pantalla. Los escenarios de teatro limitaban los movimientos; ahora, en el cine, el musical abre horizontes.
Surgen entonces grandes estrellas como Fred Astaire, Ginger Rogers, Gene Kelly, Cyd Charisse, y un largo etcétera.
El teatro, al ser un arte efímero, desaparece. Quedan en la memoria nombres de grandes estrellas de teatro, bailarines que nunca inmortalizaron su danza... Nombres que a lo largo del tiempo se van olvidando. En cambio, el cine siempre está ahí. Siempre puedes recurrir a él. Queda inmortalizado en la historia.
Por eso, nunca se olvidarán escenas tan increíbles como en la que Gene Kelly baila bajo la lluvia. (Dato curioso: rodaron la escena más de cinco veces, hasta que finalmente, quedó perfecta. Eso sí, Gene se cogió una buena pulmonía y no pudieron grabar en un tiempo.)
(Este es el único video de Youtube que me dejaba poner. Lo siento por la mala calidad).También quedan inmortalizados Fred Astaire y Ginger Rogers bailando mejilla a mejilla en Sombrero de Copa.
O el baile sensual de Astaire y Cyd Charisse en Melodías de Broadway.
Maravillas musicales inmortalizadas que dificilmente podrán ser olvidadas.
lunes, 31 de mayo de 2010
Opinión personal sobre Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
Fahrenheit 451 es una novela distópica, es decir, habla sobre una utopía perversa donde nada tiene que ver con el arquetipo de una sociedad ideal. En esta sociedad de la que nos habla Bradbury está terminantemente prohibido leer, ya que leer implica pensar y razonar, por ende, no se es feliz. Porque en esta sociedad todo el mundo debe ser feliz, pero no una felicidad interna, sino una felicidad estúpida e hipócrita que consiste en tener muchos bienes materiales y éxito laboral. Esta es la idea que da el infame gobierno de esta sociedad; la idea de que el hecho de leer hace que las personas sean menos felices, pero, lo que de verdad le interesa a este Gobierno es controlar a todos los individuos, manejarlos a su antojo como si de simples marionetas se tratasen, poniendo de fondo la excusa de la creación de una sociedad del bienestar.
Bradbury, con esta novela, hace varias críticas muy profundas. El libro fue escrito en 1953, pero muchas de las críticas que hacía a la sociedad de aquel entonces, por no decir la mayoría, pueden ser proyectadas a esta época. Primeramente, critica la sociedad del consumismo y la tecnología. Critica el hecho de que actualmente se esté dando el caso de que la gente prefiera ver la televisión a leer. Si se sustituyese la televisión –llamada familia en el libro- por la lectura, Bradbury refleja la sociedad resultante como una masa de individuos ignorantes que no sabe ni de donde viene ni a dónde va, estancada, sin ninguna evolución ni como sociedad ni como individuos. Personas que no sienten ningún cariño por las personas que les rodean –véase el ejemplo de Mildred, la esposa de Montag-, que no son capaces de pensar por sí mismos, que viven en una burbuja de aislamiento con respecto a los demás. Critica también a los gobiernos utilitaristas y opresores que utilizan la demagogia y la mentira con el provecho de controlar a sus pueblos. Critica a su vez la época que se vivió en Estados Unidos nada más terminar la Segunda Guerra Mundial. Una época en la que el gobierno intentó tranquilizar a la población y desviarla de temas morales como el que rodeaba el hecho de haber usado la bomba atómica.
Nada más acabar este libro, un sentimiento de tristeza me invadió profundamente. Porque es triste darse cuenta de que lo que describe Bradbury en Fahrenheit 451 no anda muy lejos de la realidad, no es tanta ciencia ficción. Actualmente existen muchos gobiernos opresores y utilitaristas, que aíslan totalmente a su pueblo, como puede ser perfectamente el caso de Corea del Norte. En cualquier sociedad, no solo en la nuestra, te encuentras personas ignorantes que no han leído un libro en su vida, que son totalmente manejables y superficiales. La televisión es un medio cada día más estúpido que se mete progresivamente en nuestras vidas, hasta que llegue el punto en que no podamos reemplazarlo. Solo hace falta mezclar estos ingredientes y voila, ya tendríamos la sociedad que describe Bradbury. Es triste saber que tenemos los ingredientes, que ya solo nos hace falta preparar la receta.
domingo, 30 de mayo de 2010
Lindy Hop - Esto SÍ que es bailar
El siglo pasado fue un siglo de grandes cambios culturales, sobre todo en el ámbito de la música y la danza. Aparecieron los importantes géneros como son el jazz y el ragtime. Ambos fueron acompañados de bailes, y así nacieron el swing, el charleston, y como, el lindy hop.
El Lindy Hop es un baile que combina el jazz, el swing y el charleston. Es un baile maravilloso, pero también muy complicado, que combina todo tipo de pasos, sobre todo exagerados, "abiertos", y con muchas piruetas. Es una pena que se haya ido perdiendo a lo largo del tiempo.
Aquí dejo un video que a mí me deja con la boca abierta, asín de claro. ESTO es arte.
El baile lo descubrí al ver una película de los Hermanos Marx (Un día en las carreras), en la que había un número musical hecho en su mayoría por afroamericanos, los verdaderos amos en este tipo de baile. Lo dejo aquí por si a alguien le interesa.
El baile principal comienza a partir del minuto 4:50.
Ya no se hacen cosas como las de antes. Lástima.
Los Hermanos Marx!
sábado, 27 de febrero de 2010
Frase célebre cinéfila. Hoy: Pulp Fiction
"¿No los odias? ¿Esos silencios incómodos? ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos? Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y disfrutar del silencio."
Mia Wallace en Pulp Fiction
Frase célebre cinéfila. Hoy: El Club de la Lucha
"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta,lo que hace que estemos muy, muy cabreados."
La verdad, no me siento orgullosa de ser de la generación de los videoclips, las redes sociales y el consumismo.
Estimada Sra. Muerte,
Antes de nada, creo conveniente presentarme. Me llamo Ana Mateos. De sobra que usted ya me conoce, no ya por el hecho de que usted sea omnisciente, sino que nos conocimos cierto día hace ya algún tiempo. Probablemente usted no reparó en mí, pero yo en usted sí, ya que me sorprendió su trabajo y la manera en la que se encargó de realizarlo. Desde aquel día en el que nuestras miradas se cruzaron ha llovido bastante, aunque supongo que para usted el intervalo de tiempo que ha transcurrido es como para mí de un lunes a un viernes. Usted ha sido la responsable de dar por finalizada la vida de innumerables seres vivos, tanto humanos, como tiburones, como mosquitos, etc. Ha estado cara a cara con el mismísimo Napoleón Bonaparte, con Moby Dick, con los gigantescos dinosaurios… Su trabajo se remonta a tiempos inmemoriales y no ha tenido ni un solo día de descanso. Sinceramente, admiro su labor por encima de todo cuanto existe. Me parece más increíble su profesión que la de aquel director que instauró una nueva manera de ver el cine, más apasionante que la del político que luchó por su pueblo, más emocionante que la del músico que expresa sus sentimientos a través de claves de sol… Y por esto, yo le guardo a su persona un gran respeto. No miedo, ya que el miedo implica rechazo, y la verdad, sabiendo de la experiencia que posee, -lo que yo achaco a que es usted una persona en esencia interesante-, no me importaría para nada, el día que me venga a recoger, claro está, tomarme unas copitas con usted y charlar de la vida, o, si prefiere, la muerte, ya que es esta su verdadera especialidad.
En cuanto al día en que nos conocimos personalmente, si quiere, hablamos de ese tema el día que a usted le parezca conveniente, ya que no me importaría darle algunos detalles al respecto. Espero que acepte a esta mi invitación.
Esperaré impacientemente su llegada,
Un cordial saludo,
Ana Mateos
lunes, 11 de enero de 2010
Microrrelato 7: Inmortalidad
Lamentablemente, ocurrió.
Los relojes dejaron de funcionar. Súbitamente, los corazones abandonaron su latir y las respiraciones se esfumaron con el viento. El delfín quedó inmortalizado en su baile acuático. Las aves quedaron suspendidas en el cielo.
Por primera vez, se sintió completamente sola.